Los guerreros aztecas son famosos por su ferocidad y por haber conquistado un extenso imperio que abarcaba gran parte del centro de México.
Contrario a lo que podríamos suponer, el Huey Tlatoani no era un rey, sino un caudillo militar. Las decisiones relevantes para los aztecas eran tomadas por un consejo de mujeres. Los ancianos y sabios también tenían su importancia. A los jóvenes guerreros les estaba destinada una vida bélica y una disciplina rigurosa.
Su severa organización y su mística les daban ventaja sobre muchos pueblos de la meseta central del país. Se veían a sí mismos como salvadores de la humanidad, pues en las guerras floridas capturaban prisioneros que serían sacrificados. El objetivo de estos rituales era aplacar a los dioses y convencerlos de no dejar de dar vida al mundo. Especialmente Tonahtiu era objeto del interés del sacerdocio azteca. No debían permitir que el dios del sol dejara de alumbrar al mundo, o todos moriría. Así que muchos de los corazones arrancados a las víctimas eran para complacer a tan poderoso dios.
La conquista también era motivo de guerras. Había que someter al vasallaje a tantos pueblos como fuese posible. Esto para sostener la economía de la gran metrópoli de Meshico-Tenochtitlan. Mantas, plumas, granos de cacao, pero especialmente chía, eran requeridos como tributo a los señoríos vencidos.
La cantidad de semillas de chía que reclamaban los conquistadores aztecas era colosal. ¿Cuál era el interés de los guerreros en esta semilla?
La chía da una semilla muy pequeña, aceitosa, con un cierto parecido a las semillas de ajonjolí, pero posee muchas más propiedades nutricionales.
Al hacer sus campañas militares, los ejércitos aztecas evitaban encender fuego. De este modo el enemigo no podía detectarlos por el humo. Entonces tenían que alimentarse con comida cruda. La chía es una excelente opción.
La semilla de chía posee la propiedad de expandirse en el estómago si se ingiere con agua, con lo que deja una sensación de saciedad. Además brinda una gran cantidad de energía, por lo que consumo permite realizar grandes esfuerzos sin llegar al agotamiento.
De esta manera, la semilla de chía se convirtió en una aliada de gran importancia para el imperio azteca.
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